Columna de la académica Constanza Ipinza publicada en El Mostrador.
Nuestra industria manufacturera cuenta con cerca de 3.733 establecimientos a lo largo del país (INE, 2021). En muchos de estos el ruido constante es una de las principales preocupaciones de la salud ocupacional, ya que puede llevar al desarrollo de problemas auditivos irreversibles en las personas.
En términos generales, en Chile el 53% de las enfermedades de los trabajadores consignadas en la mutual de seguridad corresponden a audiológicas (SUSESO, 2017). De estas, al menos un 13,27% responde a la patología Hipoacusia Sensorioneural Laboral (Ambrosetti et al, 2014), lo que implica el deterioro permanente e irreversible de la audición debido a la exposición prolongada del ruido durante una jornada laboral.
El Decreto Supremo N°594 y el Protocolo de Exposición Ocupacional a Ruido (PREXOR) establecen requerimientos mínimos para prevenir el efecto del daño auditivo al indicar que los trabajadores no deben estar expuestos a niveles de ruido superiores a 85 decibeles (dB) durante una jornada laboral de 8 horas. Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que el nivel de ruido recomendado para garantizar una buena salud y bienestar sería de 65 dB.
Adicionalmente, así como la exposición prolongada frente al ruido afecta a la audición, también dificulta la comunicación y genera otros efectos negativos sobre la salud de las personas como el estrés y el aumento de enfermedades cardiovasculares, presión arterial y colesterol. Por lo tanto, es crucial adoptar medidas mitigadoras a través de la implementación de un diseño arquitectónico y la incorporación de componentes constructivos y materiales con propiedades acústicas capaces de aumentar la seguridad y salud de los trabajadores, mejorando la salud, la satisfacción y la productividad de las y los trabajadores.
Próximos a la conmemoración del Día Internacional de la Conciencia Frente al Ruido, instamos a las industrias manufactureras a revisar y mejorar sus infraestructuras. Para ello pueden evaluar si sus espacios incluyen una zonificación adecuada, definiendo áreas para la maquinaria ruidosa o zonas de descanso acústico, así como la implementación de barreras acústicas y materiales aislantes y absorbentes de sonido. Al hacerlo, no solo cumplirán con las regulaciones vigentes, sino que también demostrarán un compromiso con el bienestar de sus empleadores y un liderazgo con responsabilidad empresarial.
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