Columna de opinión de la Dra. María Victoria Correa Baeriswyl, académica y directora de Vinculación con el Medio de la Facultad de Arquitectura y Ambiente Construido.
En el Día de los Patrimonios, la ciudadanía visita numerosos sitios históricos de nuestro país que se organizan en una red, en las diversas regiones de Chile. Este día nos recuerda la importancia de nuestra herencia cultural, en relación a la conservación de esos bienes del pasado que se transmiten de generación a generación y que llegan hasta nosotros, para que el día de hoy podamos visitarlos.
Pero, ¿cómo se define el concepto de patrimonio en la actualidad? La actual legislación chilena en estas materias inicia en el año 1925, estableciendo un criterio histórico, artístico y conmemorativo para seleccionar aquellos bienes que serían protegidos por el Estado, a través de un decreto que los declaraba como monumento nacional (Decreto N° 3.500, 1925; Decreto N° 651, 1925). En cuanto a la arquitectura protegida, se trataba de una mirada monumental y puntual, de selección de ciertas edificaciones que constituían un valor para aquellas épocas, y que estarían resguardadas por el Consejo de Monumentos Nacionales.
En 1970, la legislación chilena de protección de monumentos cambió, creando la actual ley 17.288 de monumentos nacionales (Ley N° 17.288, 1970), que extendió el resguardo hacia zonas construidas y también naturales. No obstante este cambio, los criterios de selección monumental de la legislación instaurados en las primeras décadas del siglo XX se mantuvieron. A pesar de los restringidos criterios de selección de patrimonio establecidos por ley, es importante notar que el resguardo de sitios y edificaciones en Chile en las últimas décadas, se ha llevado adelante en la práctica con una mirada más amplia.
En la actualidad, la ley de monumentos nacionales vigente es discutida, y existe consenso en que es necesaria una actualización, la cual está en proceso y estudio. Pasar desde una visión monumental del patrimonio, a consideraciones más amplias, es el enfoque que esta nueva propuesta seguramente tendrá.
El contexto internacional ya ha dado pasos en este sentido, considerando no sólo edificaciones monumentales como sitios posibles a resguardar, sino una más amplia gama de posibles patrimonios a proteger. En este sentido, los criterios de selección se amplían hacia el concepto del bien cultural, a una mirada hacia el paisaje natural y cultural, y hacia más extensos tejidos urbanos en donde la relevancia está en los conjuntos, y en la arquitectura menor más que en el monumento aislado. Por otra parte, se considera importante proteger edificaciones no sólo de gran antigüedad, sino también construcciones de épocas más recientes, como el patrimonio industrial, el patrimonio moderno, las infraestructuras que han hecho posible el desarrollo de nuestras ciudades, y sitios de memoria, entre tantos otros ejemplos. Se incorpora también la consideración por el patrimonio intangible, que se refiere a saberes, celebraciones y festividades, que son parte de la tradición y memoria de las comunidades locales.
El día de los Patrimonios del 25 y 26 de mayo nos permite fijar la mirada en todas aquellas edificaciones y tradiciones, que siendo testimonio del pasado están presentes en nuestras ciudades y territorios, y que otros días del año pasan desapercibidas ante nuestros ojos. El Día de los Patrimonios es relevante, pues el interés cultural de estos sitios se pone en evidencia, y nos invita a conocer y saber más de nuestro pasado. Este día es también una invitación a considerar la relevancia de nuestro patrimonio, y la necesidad de un mejor y más íntegro resguardo futuro, de estos sitios, lugares y tradiciones que son parte de nuestra identidad.
Publicado en Usach al Día